viernes, 15 de noviembre de 2013

Teatro 1953 El cielo prometido Reseñas

Para una mejor comprensión de este blog visite:Xavier Loyá

TRES ESTRELLAS PARA VILLASEÑOR: Con “El Cielo Prometido”, Jorge Villaseñor se anotó un éxito más. El modesto autor mexicano libró una gran batalla para poder llevar a la escena del Seguro Social su farsa no apta para periodistas. Xavier Loyá y Magda Haller tuvieron una magnífica interpretación, para un público muy entusiasta. Por cierto que Emilio Carballido y Sergio Magaña, muy condescendientes, celebraron la obra. ¡Que ya es decir!




La interpretación fue excelente casi sin distingos. ¡Lo que es contar con buenos actores! Reapareció con esta pieza, después de diez largos años de ausencia que empleó en trabajar en Cuba, la gran actriz nuestra, Magda Haller, de abolengo teatral. Vuelve hechísima”; actriz de cuerpo entero; de dicción, magnífica; de sensibilidad a flor de piel y con un dominio de la escena y sus legítimos recursos sólo dable en artistas de sólida madurez. ¡Ah, sí su doña Tina hubiera sido de carne y hueso! Pero como no hay papel malo para un cómico bueno, Magda Haller le insufló humanidad al que la suerte le deparó para retornar a la escena mexicana que la vió nacer, la gozó crecer y la miró marcharse para retornar hecha una comedianta en el meridiano de su carrera. Excelentes también las notables y veteranas actrices Conchita y María Gentil Arcos y Magda Donato, en sus tres bien trazadas caricaturas. Muy desenvuelta y simpática Tara MacNair. Xavier Loyá, excelente galán de apuesta figura y dominado temperamento, demostrando lo buen actor que ya es en personaje tan poco humano. García González luchando con el suyo, el más desdibujado del reparto. El resto, bien. La obra fue dirigida muy correctamente por Dagoberto de Cervantes, y para ella compuso una decoración nada más que discreta el arquitecto Esteban Marco. El público, de invitación en su mayoría, aplaudió al final a todos, y el escenario se llenó de flores para la bienvenida, bella y notable actriz Magda Haller.



ESTRENO DE “EL CIELO PROMETIDO” DE JORGE VILLASEÑOR
Es este un autor entusiasta que lucha desesperadamente desde hace tiempo; por eso teníamos la esperanza del triunfo, que no llega; su estreno de la comedia “El Cielo Prometido” es la negación, a pesar del éxito aparente de la noche del estreno, que le dieron los amigos.
Se trata de un sainete mexicano de costumbres, en el que se aprovechan toda clase de recursos, los cuales logran darle amenidad  y sacar algunas risas espontáneas; pero la estructura de la obra, el desarrollo y los personajes son falsos de toda falsedad; y el protagonista “Raúl”, que es el que lleva el mensaje incoherente, que comienza mostrándose el muchacho desaprensivo que abusa del cariño de la madre, siendo diferente en los demás actos, no porque reaccione, sino mostrándose como  otro personaje.
Lo peor del caso es que el autor habla por boca de todos; cada uno de los personajes va haciendo su filosofía y diciendo frases hechas, baratas, que quieren ser conceptuosas; igual el hijo que la madre, los dos rudos amigos “el Tuercas” y “el Charrascas”, que el casero suigéneris, que no sólo perdona la renta, sino que tiene frases de ternura y despide a la familia cariñoso, a la que al principio extorsionaba.
Y para que seguir; sentimos que nos haya defraudado un autor del que tanto esperábamos, por ser mexicano y por su entusiasmo y sus esperanzas; y en otro aspecto por la ayuda impartida por el Instituto de las Juventudes, que  pensamos debe de ser más cauto, porque habrá tantos que creemos que llamarán pidiendo ayuda, que creemos que estaría bien que fueran seleccionadas y calificadas las obras, en el caso del teatro como de otros aspectos artísticos.
PRESENTACIÓN DE MAGDA HALLER AL REGRESAR A SU PATRIA
Después de varios años de ausencia de México, de donde se fue Magda en plena juventud y cuando era una brillante promesa para el arte teatral; regresa hecha toda una mujer y toda una actriz. Sentimos una doble pena, por haberse presentado, con esta comedia y en un papel que no es de su categoría; ella merece un personaje de lucimiento, ya que es joven aún y muy artista; lo pudo demostrar en ese papel de “Doña Tina”, una mamá que a ser por ella, que lo presentó valiente, detallando y dándole un valor que no tiene, hubiera fracasado.
Xavier Loya “Raúl” es toda una promesa de galán, con todos los antecedentes: juventud, figura, buena dicción y soltura en la escena. Tara Mac Nair, le dio vivacidad al papel de “Rosita”, con buena presencia y magnífica voz, que por cierto no es muy apropiada a este papel. Mario García González hizo “El Tuercas”, con seguridad y aplomo, sacándole todo el partido que tiene el papel en medio de su falsedad psicológica. Muy bien en sus respectivos papeles: Francisco García Luna y Manuel Vergara en los dos policías; Mario Orea en el “Dueño de la casa”; Joaquín Roche en “El Charrascas”.
María y Conchita Gentil Arcos, así como Magda Donato, prestaron su contribución en tres papeles de carácter episódico: “Esther”, “Rosa” y “Sofía”, dándole amenidad a la comedia con sus actuaciones personalísimas. Gran parte del éxito que pudo tener la comedia se debe a la dirección de Dagoberto de Cervantes.
En cuanto a una nota que se publica en los programas, preferimos copiarla textualmente, porque francamente no entendemos su intención: “Considerando, que jamás ha sido de interés periodístico, el exponer públicamente los anhelos y los sueños de la juventud cuando éstos no han llegado a cristalizar en realidades, he llamado a mi obra “El Cielo Prometido” (NO APTA PARA PERIODISTAS), ya que no constituye su mensaje una noticia específica y porque creo firmemente que en el futuro debe ser motivo de estudio y de preocupación para aquellos que deban orientar a nuestra juventud.-El Autor”



SEGURO SOCIAL
"EL CIELO PROMETIDO"
¿Quiso curarse en salud el joven autor Jorge A. Villaseñor, al decir que su obra no era apta para periodistas?
Por lo que a nosotros toca, fue una precaución inútil, toda vez que no es el teatro sano y bien intencionado el que repudiamos, sino el que con pujos de renovación, o de originalidad, emplea palabras inadmisibles, o se basa en temas desquiciantes. En pocas palabras; no repudiamos el teatro decente, sino el procaz y el grosero.
“El Cielo Prometido” es una comedia costumbrista que divierte al espectador. Pero que no puede convencer al crítico.
Divierte al espectador, gracias a que todo cuanto ocurre en la escena son reflejos de la vida real, presentados en forma amena y mexicanísima, pero no satisface al crítico, porque los caracteres de los personajes, no solamente no están definidos, sino que son, casi todos ellos contradictorios.
“Doña Tina” es una madre como hay tantas, pero se extreman en ella los contrastes de tolerancia y rigidez, en tanto que no se llega a saber si “Raúl” es un buen o mal muchacho, ni se explica por qué lleven los nombres de “El Tuercas” y el “Charrascas”, propios de gentes del hampa, dos excelentísimas personas.
“Rosita” está mejor observada, pero en cambio las tres tías, resultan exageradas y antipáticas, y le dan a la comedia un tinte socialista innecesario, además de que parecen extraídas de obras anteriores.
Sin embargo, “El Cielo Prometido” revela en su autor una estimable facilidad para el diálogo, lo que nos hace esperar que en el futuro, nos brinde obras mejor planeadas y con caracteres definidos.
Sin embargo, casi por hablar de la interpretación, elogiemos sin ambages a Magda Haller, que hace un papel distinto a cuantos le habíamos visto; a Xavier Loyá, que está muy bien en el “Raul”, y a Dagoberto Cervantes, que por indisposición de Mario García González salvó la situación cargando en “El Tuercas”.
Los demás cumplieron discretamente, y nada puede objetarse al montaje, que resulta propio, en todos sentidos.


El momento culminante, al final de la obra: Xavier Loyá, Mario García González, Joaquin Roche. Tara y Magda Haller, que ha sido una agradable sorpresa.

En el reparto de "El Cielo Prometido" se distinguieron también Xavier Loyá, un muchacho muy apasionado, que puede ir lejos, Mario García González, que logró sacar adelante un personaje escrito para un actor de mucho mayor edad, y Magda Donato y las dos hermanas Gentil Arcos, que hicieron la caricatura de tres viejas brujas, muy cómicamente.
Si la obra es altamente recomendable por su calidad literaria, su interpretación también resulta digna de aplauso; es de lo que se puede ver, como ”La Hora Soñada”, en que tan magníficos están Manzano y Nadia, como “La Mujer Asesinadita” y como la pieza del Caracol.



          XAVIER LOYÁ          MAGDA DONATO        JORGE VILLASEÑOR
 magnificas primeras escenas…no hay papeles cortos…o el optimismo que consigna…

“EL CIELO PROMETIDO”.- Teatro Reforma.
Jorge Villaseñor, cuya fisonomía podrán ustedes observar, arriba a la derecha, es un joven autor mexicano, responsable no sólo de esta comedia estrenada en la sala del Seguro Social, sino de otras, juzgadas antes por crítica y público. “Las Golondrinas del Seis”, “Una mujer para la Lluvia” y “El Cielo Prometido” son, me parece, sus trabajos más recientes.
Pasando sobre “Una mujer para la Lluvia”, que no conozco, su última comedia, “El Cielo Prometido” –que el tilda de “juguete cómico”-, me parece lo mejor de su producción y en ello abundan los acuerdos de numerosas personas.
Día de estreno y la sala llena. Al frente los críticos, en medio el gran público, atrás yo; muy a gusto de asistir a las primicias de la fresquecita obra de Villaseñor. Oscar Garza Ramos, pulcramente vestido, me preguntó sobre quien era esa primera actriz que, siendo bastante buena, adolecía empero de ciertos dejos castizos impropios de la atmosfera mexicana donde representaba. Era Magda Haller, y hube de explicarle que no era española, que esos matices eran el resultado de sus antes constantes apariciones en el teatro profesional.
Este amigo Oscar, camarógrafo, perteneciente a la firma de Sergio Bejar, no quedó muy satisfecho de la obra ahí vista. Yo quisiera explicarle por qué.
Explicarle no es la palabra, más bien dicho rebatirle, porque a mí la comedia me parece muy digna de ser discutida y analizada.
Encierra una idea optimista y toda ella rezuma buenas intenciones. Me recordó el caso de aquel hombre que anuncia a sus vecinos haber encontrado una mina de oro en un campo. Los vecinos preparan sus azadones y revuelven la tierra en busca de la riqueza. Terminan exhaustos y sin hallarla; pero han labrado el campo, preparándolo así para recibir la semilla que luego será fruto y más adelante beneficio.
La trama de Villaseñor es igualmente ingenua, aunque planteada de diversa manera. Aquí el ambicioso es un joven adolescente, y el dueño de la dorada tierra un amigo suyo, llamado “Tuercas”. El asunto, desarrollado en una vecindad donde viven gentes pobres, requiere la intervención de una madre y de una jovencita, hija de la portera. También la de tres viejas chismosas –María Gentil Arcos, Magda Donato y Concepción Gentil Arcos-; luego dos policías y el casero –Mario Orea.
Mario García González es “El Tuercas”, naturalmente; papel que este conocido actor debió aceptar con alegría, estando, como estaba, ganoso de interpretar tipos nobles y altruistas. Ninguno mejor que este “Tuercas”, personaje tan bueno y generoso como absolutamente falso, y a través del cual Jorge Villaseñor tuvo oportunidad de derramar en el público su melosidad proverbial.
Psicológicamente, una persona es falsa cuando no reacciona como un personaje de su tipo debe reaccionar (hablo de teatro). Así fue que Mario García González tuvo que luchar con toda su experiencia para seguir los vericuetos de un campesino saturado de ideas filosóficas, con un lenguaje de iluminado y a quien un jovenzuelo desilusiona porque ha crecido y no es niño.
Los caracteres mejor logrados en la obra son el de la madre y el de las tres señoras enredosas; si bien hay en estos últimos un abuso del tipo cliché. Y que no hay papel corto para una buena actriz, quedó demostrado en la estricta actuación de Magda Donato.
El carácter del hijo, extraordinariamente entendido al principio de la obra, se pierde por desgracia en los dos actos posteriores; lo pierde el autor cuando le obliga a decir una sarta de frases patrioteras y del todo ajenas a su temperamento, expuesto antes sin tropiezo evidente. A pesar de todo el tipo es acertado y así lo proyecta Xavier Loyá, en las magníficas primeras escenas.
Tara Parra, la hija de la portera, realiza una labor encantadora. No se le puede pedir más a una dama joven. Nada más sino que, por ser actriz, tenga mejor el gusto. ¿Qué es eso de anunciarse en los programas, Tara Mac Nair? En “Rosalba” y en “Los Signos del Zodíaco” se llamaba Tara Parra. Después, en “Casandra”, obra de la gran Algarra, se dejó llamar Tara a secas, como suelen llamarse las bailarinas exóticas en los teatros de vodevil, y ahora Mac Nairs… Su trabajo, insisto, fue encantador. En cuanto a Magda Haller, se enfrentó a su papel sin mayor esfuerzo. El personaje de doña Tina, personaje de Villaseñor, es “pan comido” para una buena actriz, y, pues Magda es de las buenas, lo devoró enteramente.
Lo imperdonable en Jorge Villaseñor es que sea joven. De tener la edad de Rodolfo Usigli, que no representa ya ningún peligro, yo podría hasta alentarlo; pero tiene buena salud y una longevidad asegurada. De donde no le perdono que se manifieste tan poco enérgico en sus propósitos, tan moral, dulzarrón y, sobre todo, tan optimista; quizá para darle un gran gusto a Rafael Solana. Si hiciéramos un platillo con los pavos de uno y la salsa del otro , los invitados todos acabaríamos diabéticos.
Yo no estoy en contra del optimismo cuando éste se basa en realidades humanas y en firmes posibilidades; pero me pronuncio en contra del optimismo por consigna, o del crecido al calor de sentimentalismos providenciales. Por otra parte no es posible concebir así la juventud de hoy, a menos de pertenecer a esa camada de jóvenes tontos, sin espina dorsal, bien retratados por Héctor Mendoza en “Las cosas simples”, parroquia de cafés y neverías, cuya vida y juicios son intrascendentes por no llamarlos de otra manera. En todo ser humano, aún en mí, existe por supuesto un fondo de bondad y dulzura; pero cuesta algún trabajo ponerlo a flote, y no es simple ni es fácil manipularlo.
La paradoja es que el problema de la juventud intranscendente lo trata Villaseñor en algunos de sus parlamentos. ¿Cómo se explica entonces la superficialidad de su comedia?
De cualquier forma, los dos primeros actos de “El Cielo Prometido” son teatrales, bien resueltos, y en ello no tiene por qué intervenir el credo o las ideas del autor: alcanzan categoría y son teatro –su agilidad habrá de abonársele a Dagoberto de Cervantes a más de al autor-; y el tercer acto, salvo su titubeante final, sostiene dicha calificación técnica.


Foto HUMBERTO

Tara Mac Nairs y Xavier Loyá forman la pareja juvenil de “El Cielo Prometido”. Ella, le da gracia y expresión a un personaje esencialmente gris. Xavier, lucha por no hundirse en los diálogos y en las situaciones frecuentemente absurdas de su “Raul”.

XAVIER LOYÁ
MAGDA HALLER

Xavier Loyá en un monólogo sobre “Los Anhelos y los Sueños de la Juventud” impresiona vivamente a su madre, “Doña Tina”, que es representada por Magda Heller, actriz retirada desde hacía varios años de la escena y del cine de México, en donde obtuvo muchos triunfos. Ahora ha vuelto a su patria y en esta obra que marca su retorno se muestra excelente actriz.


Xavier Loyá, el destacado "Raúl" de "El Cielo Prometido".
Crítica Teatral
Por JIKAMILLO.
De la obras teatrales presentadas durante el pasado año, los críticos especialistas distinguieron de una manera muy especial “El Cielo Prometido” de Jorge A. Villaseñor que, por patrocinio del Instituto Nacional de la Juventud Mexicana, se ofreció al público capitalino en el Auditorium del Instituo Mexicano del Seguro Social.
Y esta distinción no fue solamente hecha al autor que supo plasmar tan bien la idiosincrasia mexicana en una obra (que sin plantear realmente un problema difícil, es de suma importancia por su mensaje de optimismo y enseñanza), sino a su director, escenógrafo y actores que en ella tomaron parte, por ser precisamente los que en conjunto lograron uno de los espectáculos más entretenidos durante su temporada de éxito.
Así pues, Magda Haller, Xavier Loyá, Mario García Gonzáles, Tara Mac Nair, María y Conchita Gentil Arcos, Mario Orea, Ignacio Sotelo, Arq. Esteban Marco y Dagoberto de Cervantes se hicieron acreedores a tan precioso galardón por la magnífica labor desarrollada en favor del Teatro Nacional.
Pero a nuestro juicio, lo más justificado de la crítica teatral, fue el haber colocado al joven actor XAVIER LOYÁ entre los artistas consagrados, por su destacada actuación en el papel de “Raúl”, en donde se reveló como una prometedora figura de los tablados. Y, sin menoscabo de los demás artistas de “El Cielo Prometido”, que supieron interpretar su personaje, ajustándose exactamente a las necesidades de lo que Villaseñor imaginó, Loyá sobresale no solamente por su esfuerzo, sino porque en esta obra se confirmó como actor de altura. Y le vale, puesto que a pesar de ser sobrino del eminente compositor Agustín Lara, jamás ha recurrido a él, abriéndose paso en su ascendente carrera, únicamente con las armas de su juventud (24 años), personalidad, estudio y talento, cualidades necesarias en un artista con ética profesional.



"EL CIELO PROMETIDO"

XAVIER LOYÁ, protagonista principal de la comedia mexicana de Jorge A. Villaseñor: “El Cielo Prometido”, que bajo la dirección de Dagoberto de Cervantes, se despide el próximo domingo, en el escenario del “Teatro del Seguro Social”, en donde ha estado cosechando los aplausos del público de México.
En esta obra ha reaparecido la estupenda actriz MAGDA HALLER, la que ha conquistado los mejores aplausos de un público que reconoce en ella, a una de nuestras mejores actrices.
Con ellos actúan, además, Magda Donato, Mario Orea, Conchita y María Gentil Arcos, así como Mario García González, que es toda una revelación. No se la pierda, sólo dos días más en el “Teatro del Seguro Social”, de Reforma y Burdeos.

POR EL AUDITORIO DEL IMSS, se estuvo presentando con éxito la pieza El Cielo Prometido, al que el público le dedicó sinceras ovaciones. Agradeciendo a éstas, vemos en la gráfica a Xavier Loyá, Magda Haller, Tara McNair,…