viernes, 5 de septiembre de 2014

Entrevistas 1948-1952

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Xavier Loyá, sabe de los trabajos y dietas que reclama el arte escénico. Sabe también pasar y ha adquirido esa flexibilidad que reclaman los creadores de estilos y modas. Aquí le vemos posando para el artista veracruzano Valdiosera. 

Con precisión y estética lleva las manos al cuello de la guayabera creación de Valdiosera, un una actitud que nos muestra la disciplina y bondad de las prácticas ante la necesidad de posar y dar la nota agradable que se admira en la foto.

Xavier nació en el D. F. y desde temprana edad supo abrigar la ilusión de convertirse en actor, cosa que lo va logrando con estudios y dedicación, lo que ha ocasionado que los productores le confíen roles de responsabilidad después de haber visto sus trabajos en los teatros experimentales. 

Supo alternar sus estudios con las exigencias de su empleo en las oficinas de Financiera Comercial Mexicana, de donde ha salido convertido en un galán aprovechado.

SU ASPECTO FÍSICO
Es Xavier Loyá, un muchacho rubio de ojos azules y facciones bien delineadas. Es alto y delgado. Su andar es rítmico, y sus movimientos son ágiles. A veces nos recuerda una planta de junco por su flexibilidad. Aunque ya tiene 22 años, da la impresión de ser más joven. Se parece en tipo a Jim Stewart. Es un adolescente muy guapo, pero le disgusta que lo tomen por “niño bonito”. Como apenas despierta a la vida, es natural en su modo de ser, sencillo y a veces, hasta cándido. No posee una gran cultura, apenas se la está formando; por eso es dócil a cualquier indicación. Considera los consejos como un aprendizaje y los aprovecha. Por eso no es de extrañar que esta ductilidad rápidamente lo haya colocado en uno de los primeros lugares entre los jóvenes de nuestra cinematografía.

COMO SURGIÓ Y PORQUÉ
Xavier nació en el Distrito Federal, pero desde pequeño fue llevado por sus padres a Mérida donde radicaron hasta hace tres años. No hicieron más que volver, cuando Xavier, que abrigaba la ilusión de convertirse en actor, se encaminó hasta la Escuela Teatral de Bellas Artes y quedó inscrito en el grupo del maestro Enrique Ruelas.
Alternaba sus estudios dramáticos con un empleo que tenía en La Financiera Comercial Mexicana. Recuerdo que el maestro Enrique Ruelas comentó más de una vez con la que esto escribe, que Xavier tenía grandes posibilidades para el cine y me place no habernos equivocado.
Como estudiante, destacó en una de la pruebas finales con la obra de Irving Shaw: “Sumergidos” y “Maldición” de Ion Caragiale. Después, siguieron los ensayos de “Electra” de O’Neil, y más tarde, al fin, el propio Enrique Ruelas le dio una oportunidad en “Muertos sin Sepultura”, de Jean Paul Sartre, presentada en la Facultad de  Filosofía, luego en el Teatro de la Casa de Francia, para pasar, finalmente, al escenario de nuestro máximo coliseo: Bellas Artes.
-¿Por qué escogiste la carrera de actor?
-No lo sé Lya, sólo se que en otra sería el hombre más infeliz de la tierra. Siento que hay algo dentro de mí que hierve y que el único modo de proyectarse es, precisamente en la carrera dramática.

ES SOBRINO DE AGUSTÍN LARA
Xavier Loyá, en realidad se llama Xavier Hernández Loya, sin acento en la a final del segundo apellido; pero se hace llamar Loyá por un mero capricho. Admite que en su familia no hay ningún antecedente artístico; pero de pronto recuerda :
-Bueno, me liga un parentesco con Agustín Lara. Le llamo tío, es el compositor, ¿sabes?. Tal vez de allí me nazca el deseo por las tablas.
-Y Agustín. ¿qué le ha aconsejado en relación a la carrera que escogiste?
-Pues la verdad es que gracias a sus buenos consejos he seguido ensayando con optimismo. Agustín empieza por decir, que el actor hace y no se hace. Me induce a seguir con tenacidad en la lucha para llegar a ocupar un lugar dentro del mundo del arte pues él, y todo el mundo lo sabe, sufrió mucho para alcanzar el sitio que actualmente ocupa.
Y nosotros agregaríamos que Agustín, tiene el sitio que por derecho le corresponde, gracias a su indiscutible talento.
-Y tu Xavier, ¿no haces música?
-Bueno, canto, me dedico en mis horas libres a vocalizar porque dicen que tengo buena voz.
-¿Y qué clase de música interpretas?
-Pues la de Agustín Lara, por supuesto.
-¿Te gusta la música sinfónica?
-Pues sí, pero me gustaría más si logrará entenderla mejor. Yo creo que si dedicara más tiempo a este arte, llegaría a ser un “buen conocedor”; pero me gusta más el teatro.

QUÉ PERSIGUE EN EL CINE O EN EL TEATRO
Como ven los lectores, la trayectoria de Xavier no ha sido como en otros casos, la del sacrificio por alcanzar la meta. Sí ha sido tenaz en cuanto a no cejar en su empeño. Tampoco es el tipo que nunca busca el enriquecimiento fácil en el cine porque Xavier no ha carecido de nada. ¿Qué es entonces lo que persigue? Dejémosle a él que lo diga:
-Persigo satisfacer mis anhelos de actor en una actuación que me deje satisfecho. Tal vez sea el egoísmo que todos llevamos dentro lo que me empuja a afirmar que lo que deseo es “un ansia de ser”; sin embargo, yo no soy, ni pretendo, ser mi propio juez para juzgarme a mí mismo, porque sé también que lo que quizá me deje satisfecho a mí, puede no emocionar al espectador, o viceversa. No sabría cómo definir esto que siento, por eso lo mejor que puedo hacer es esforzarme para hacer las cosas bien y que el público decida si soy bueno o no, si tengo o no talento y
con su veredicto, habré llegado a la mitad del camino y al final, cuando yo mismo me sienta satisfecho de mi trabajo. Esto no sé cuándo puedo lograrlo. Tal vez nunca pero lo fundamental es que deseo ser un gran actor.

Y EL CINE ¿QUÉ?
 Xavier Loyá jamás había trabajado en cine. Todo sucedió así:
El señor Oscar Dancigers necesitaba un muchacho que diera en tipo y en edad, el hijo de Libertad Lamarque, para la película “Las Huellas del Pasado”. Xavier Loyá fue a ver al señor Dancigers, por recomendación de Pepe Aceves, el director del Teatro del Caracol. Fue un chico más que iba a ser probado, pero tuvo la suerte de ser elegido.
-¿Estás contento de trabajar en el cine?
-¡Ya lo creo! Me siento un chico con suerte. Libertad Lamarque es una artista de gran renombre y considero un privilegio trabajar a su lado. Ella ha sido muy gentil conmigo y creo que sí no fueran por sus valiosas indicaciones, me sentiría perdido.

A MODO DE FINAL
 -Tienes novia?
-Sólo hasta hace unos días, pero no quiero tener novia mientras no tenga nada seguro en la vida. Cuando llegue a alcanzar una posición económica que me permita casarme, entonces lo haré. Mientras tanto, lo único que me interesa es mi carrera.
Como ven los lectores, Xavier Loyá es un chico bastante equilibrado. Sí logra mantenerse en esta actitud razonadora, llegará muy lejos porque sí tiene talento. Ojala no se deje influenciar nunca por falsos amigos ni aduladores que conviertan su “ilusión por ser “, en una ambición desmedida. La ductilidad de Xavier, requiere gentes sensatas a su lado. ¡Triunfará!
Estudios: TEPEYAC
Producciones: Ultramar Films, S. A.
"HUELLAS DEL PASADO"
Director: Alfredo Crevenna.
Ayudante: Ignacio Villarreal.
Fotografía: José Ortíz Ramos.
Escenografía: Eduardo Fitzgerald.
Jefe de Producción: Fidel Pizarro.
Unidad: Imperial.
Reparto: Libertad Lamarque, Emilia Guiú, Xavier Loyá, José Ma. Linares, Francisco Jambrina, Juan José Piñeiro, José Pidal, Amparito Arozamena.



He aquí al apuesto y joven galán Xavier Loyá a quien veremos en “Las Huellas del Pasado”.

Por Alicia Martínez G.- Cronista Cinematográfica de EL NORTE
Antes de regresar a tierras regiomontanas tuvimos la oportunidad de conocer al nuevo galán Xavier Loyá, quien tiene un porvenir brillante en nuestro cine.
-Díganos Xavier, en que película debutó?
-En “Las Huellas del Pasado” al lado de Libertad Lamarque y Emilia Guiú.
-Está conforme con su papel?
-Y claro, como que es de bastante importancia.
-Cuál es su próxima película?
-Todavía no tiene título definitivo. Será para producciones Rosas Priego.
-Quienes actuarán con usted?
-Agustín Lara en la parte principal.
-Y a propósito, usted es pariente del músico-poeta, verdad?
-Exacto. Soy su sobrino.
-Y en el teatro hay algo en puerta?
-Estoy ensayando la obra “La Prostituta Respetuosa” que se pondrá en el escenario del Teatro del Caracol, el once del actual.
Hay que hacer notar que Xavier tiene tiempo de estar trabajando en el teatro y aunque el cine le entusiasma, no había debutado porque francamente no le habían ofrecido la oportunidad que él deseaba, pero como todo el que espera deseando tiene su recompensa los señores de Ultramar Films hicieron realidad sus ilusiones.
Xavier Loyá se convertirá después de exhibida “Las Huellas del Pasado” en un nuevo y sensacional favorito de las cinéfilas y si no, al tiempo.