jueves, 4 de septiembre de 2014

Carrera 1948-1952

Para una mejor comprensión de este blog visite: Xavier Loyá



He aquí a otro discípulo de la Academia Teatral de Bellas Artes. Se llama Xavier Loyá, y procede de la clase estudiantil, que alterna con la artística.

Nuestro fotógrafo tomó esta foto en el vivero de las estrellas del mañana. No estaban todos los alumnos, pero se los suficientes para darnos cuenta de la importancia de la escuela.

…¡Jóvenes!... ¡¨Jóvenes!... Gente joven piden los cinéfilos del Continente y, amables amigos, nos dirigimos adonde se forjan las estrellas del mañana: a la Escuela de Arte Teatral.
Pues bien, ya estamos en Bellas Artes: Al entrar nos recibe el director del plantel y nos hace pasar a uno de los salones de clase. Es la clase de “Actuación”, en donde el maestro Lic. Enrique Ruelas, modela a cada uno de los aspirantes. Y en seguida nos dedicamos a la tarea de interrogar a algunos de los alumnos más aventajados, sometiéndoles a otro “examen”, este para ellos más difícil que el de interpretación escénica.
El último de nuestros entrevistados fue un muchacho llamado Xavier Loyá, que nos emocionó muchísimo en una obra llamada “Sumergidos”.
Tiene mucha simpatía, es alto, rubio y su personalidad bastante fuerte; es otra positiva promesa para el teatro y cine con lo que las cinéfilas están de plácemes, pues muy pronto hará su debut frente a las cámaras.
Imaginen ustedes al numeroso grupo de jóvenes de ambos sexos que al principiar las clases van llegando a la escuela todos ellos con la gran voluntad de aprender, de superarse, de conocer las mil sutilezas que forman este difícil arte., Algunos con una pésima dicción, otros con actitudes torpes o tímidas, aquellos desmañados y poco distinguidos: es obra del maestro advertir sus deficiencias e ir corrigiendo poco a poco a cada uno de sus alumnos. Muchos de esos jóvenes entran con muy buenas intenciones, pero al ver tantas dificultades que tendrán que vencer, optan por retirarse, otros, los más, continúan estudiando con todo interés y ahínco, ya que tal vez un día próximo su esfuerzo se verá coronado por el más hermoso de los éxitos.
El licenciado Enrique Ruelas muy gentilmente nos dice que entre sus alumnos hay verdaderas actrices y actores y que él hace todo lo posible por quitarles pequeños defectos… Y así termina nuestra visita de la cual salimos verdaderamente satisfechos, convencidos de que en México contamos con valores jóvenes que muy pronto serán conocidos por ustedes.




Xavier Loyá tiene una personalidad que ha causado asombro. Hay en él una mezcla de Gregory Peck y Gerard Philipe. 

Libertad Lamarque lo descubrió para el cine cuando se le tomaron pruebas a varios jóvenes de su edad para que se hiciera cargo del “rol” de su hijo en “Las Huellas del Pasado”.

Por MARTA ELBA
EXISTEN seres que no tienen mucha necesidad de esforzarse para lograr su objetivo en el campo del cine, porque nacieron con los requisitos indispensables para triunfar en este arte.
María Félix, por ejemplo, no tiene por qué romperse la cabeza estudiando para llegar a ser MARÍA FÉLIX. Desde que nació fue bella, excitante, fotogénica. Con un poco de sensacionalismo logró colocarse en lo que se llama “cúspide de la gloria”. Hedy Lamar no tuvo más que correr a campo traviesa, quitarse el vestido, entregarse a un hombre y con ello quedó consagrada a la fama.
Hay muchos ejemplos, muchos, entre las mujeres que han escalado la popularidad en el cine por su belleza y su atractivo físico son que hayan logrado realizar una labor artística significativa.
En el caso de los varones, Tyrone Power comenzó su carrera por su bien parecido. Aprendió a actuar con el oficio constante. Lo mismo le ocurrió a Robert Taylor.
El cine nacional adolece de galanes bien parecidos. Tenemos muy pocos, y la mayoría tienen un aire tosco, excesivamente “machos” y los que no, faltos de aptitudes refinadas. Encajan en la mayoría de las películas nacionales, por la mayoría de sus temas que encajan así mismo con sus galanes. Pero el tipo de galán fino, “gente bien”; la figura masculina de joven atormentado de buena familia, cuyo buen parecido físico va de acuerdo con lo que se supone sea el origen que representa, no abunda en nuestras latitudes.
Quizás, con el interés que están tomando ahora los muchachos de la nueva generación por estudiar y superarse en su trabajo ante la cámara, andando el tiempo surjan algunos elementos masculinos de físicos internacionales, pero por lo pronto, sólo tenemos uno: Xavier Loyá.
Xavier es muy joven todavía. Está en esa edad crucial en que no es un adolescente imberbe, ni un hombre hecho, pero la personalidad de Xavier Loyá ha causado asombro. Hay en él una mezcla de Gregory Peck y Gerrard Philipe; exactamente el tipo que estaba haciendo falta al cine mexicano.
Libertad Lamarque lo descubrió para el cine cuando se le tomaron pruebas a varios jóvenes de su edad para que se hiciera cargo del rol de su hijo en la cinta “Las Huellas del Pasado”. Le gustó Xavier al primer instante.
Estaba ensayando con nosotros, bajo la dirección de José de J. Aceves, el papel de Víctor en “Una viuda difícil” cuando tuvo que interrumpir dichos ensayos para cumplir su primer contrato de cine. Antes había tomado parte en la representación de “Muertos sin sepultura” de Sartre, que puso el maestro Ruelas en Bellas Artes. Su personalidad enjuta, despertó interés en las mujeres, especialmente.
Antes de morir, mi querida compañera Marcela Vick me había recomendado mucho que no dejara de la mano a Xavier, que lo ayudara como actor. “Hay algo en él –decía cuando hacíamos juntas “Las manos sucias”-, que va a atraer, mejor dicho, que atrae. En el cine será un hallazgo con el tiempo. Hazlo que actúe”.
Y así fue:
Cuando llegó el momento de ensayar “La prostituta respetuosa” señalé a Xavier como el prototipo del “Freddie”, ese muchacho complejo, enfermizo sexual, pusilánime y orgulloso. Y ahora, al llegar a las cien representaciones de “La prostituta respetuosa” es todo un actor; un señor actor de su línea.
Las mujeres que van al Caracol le escriben; algunas, cuando aplauden le dedican miradas significativas de aprobación. En una  palabra ha pegado.
Sin embargo, Xavier, que a los veintidós años tiene un alma de niño y posee un espíritu limpio y sano de las complejidades de la mayoría de los jóvenes de su edad y su medio, opina que es ahora cuando él debe estudiar y dedicarse absolutamente al teatro para llegar a ser algún día un Arturo de Córdova o un Gregory Peck. ¿Por qué no?
Xavier es delgado, de estatura esbelta y tiene un color de ojos extraños y expresivos. De una varonilidad fina. Con detalles de caballerosidad que a todas las mujeres nos encanta. Hay un niño en él, un niño raro. Pese a su psicología infantil es serio y reservado. Es un gran admirador de las hermanas Aguirre, de Emilia Guiú y sobre todo de Ava Gardner, lo que confirma su edad.
Le gusta el teatro y aspira a convertirse en un actor dramático del cine. Tiene seguridad en sí mismo y mucha fe en su futura carrera cinematográfica. Espera que el estreno de “Las huellas del pasado” le va a traer suerte, aunque ya cuenta con dos contratos para empezar a filmar en breve.
Es un conservador de las buenas costumbres. Actualmente toma clases de inglés y francés. Quier viajar, sobre todo, y sueña con conocer Europa y ver de cerca de los grandes artistas como Jean Cocteau, Picasso, María Casares, Jean Louis, Barrault, etc.





XAVIER LOYÁ
Este joven actor nació en la ciudad de México el 31 de diciembre de 1928. Desde muy pequeño anheló convertirse en actor dramático. A la edad de dieciocho años ingresó a la “Escuela de Arte Teatral” donde hizo sus primeros estudios. Participó en varias obras que presentó su escuela en el Palacio de las Bellas Artes. Más tarde formó parte de la “Compañía Teatral Cinematográfica” que dirigió Rafael Banquells y en donde surgieron dos de los actores de mayor valía en nuestros días, Silvia Pinal y Xavier Loyá.
Xavier es sobrino del popular compositor jarocho Agustín Lara. Agustín tuvo el propósito de presentar a Xavier y a su hermano Armando, formando un dueto de “crooners”, proyecto que no llegó a realizarse en vista de que Armando decidió retirarse de toda actividad artística. Pero Xavier continuaba estudiando Arte Dramático ya que ello constituía la ambición más importante de su vida.
Su maestro y consejero, Enrique Ruelas le dirigió en una de las intervenciones más acertadas que Xavier hizo en el teatro. Nos referimos a su participación en la obra de Jean Paul Sartre, “Muertos sin Sepultura”. Esta obra inicialmente se presentó en la Facultad de Filosofía y Letras, pero tuvo tanto éxito que de ese lugar pasó al escenario de la “Casa de Francia” y posteriormente a nuestro máximo teatro el “Palacio de Bellas Artes”, donde se sostuvo varias semanas en cartel.
José Aceves le dirigió igualmente en otra obra de Sartre, ahora en “La prostituta respetuosa”, en donde compartió la responsabilidad artística con Marta Elba. “La prostituta respetuosa” llegó a representarse en ciento cincuenta ocasiones.
Para Xavier el teatro significaba mucho, pero no abandonaba la idea de hacer su debut en el cine. Es por ello que en la primera oportunidad que tuvo lo hizo. “Ultramar Films” andaba buscando a un muchacho de veinte o veintidós años, que se hiciera cargo de una de los roles estelares de su próxima producción, se trataba de “Huellas del pasado”, cuyo reparto sería encabezado por Liberta Lamarque. Se hicieron pruebas a no menos de treinta aspirantes al codiciado papel, pero después de detenidas observaciones se le concedió a Xavier. Este era un papel mejor que el que había soñado. Un papel
con Libertad Lamarque, Emilia Guiú y José María Linares Rivas, como compañeros.
La película se rodó en los estudios “Tepeyac” y la dirigió Alfredo B. Crevenna. Ahora que la película se ha estrenado, los críticos han estado de acuerdo en afirmar que Xavier Loyá constituye la revelación juvenil más importante del presente año.


XAVIER LOYÁ, el joven galán mexicano que destacó en La Prostituta Respetuosa, en el Teatro de El Caracol, y que ingreso a las filas del cine mexicano, habiendo trabajado en tres películas, la última de las cuales, Una Mujer Sin Amor, se estrena próximamente.

XAVIER LOYÁ, UN NUEVO GALÁN DE NUESTRO CINE
Por TORT
Joven, elegante, Xavier Loyá, logró destacar en el firmamento artístico de México, en la interpretación del cínico hijo del senador norteamericano en la obra teatral “La Prostituta Respetuosa”, al lado de Marta Elba, en el teatro del Caracol. No obstante su juventud, Xavier demostró en el difícil papel entusiasmo, afición, y, en muchos momentos, “maneras” de actor.
Oscar Dancigers, el productor de Ultramar Films, asiduo de El Caracol lo vio y pensó que Xavier Loyá para figurar en el reparto de “Huellas del Pasado”, al lado de Libertad Lamarque, y también en su primer película, el joven actor mexicano desempeño airosamente su papel.
Antes, en su corta historia artística, Xavier ha figurado como alumno del maestro Ruelas, en las clases de Teatro del Bellas Artes, participando en la temporada de Teatro Mundial de nuestro primer coliseo, interpretando diversos papeles, y con muchas ansias de superarse y llegar a las filas del cine.
Otras dos películas lleva realizadas Xavier Loyá, las dos bajo la dirección de Luis Buñuel, en “La Hija del Engaño”, al lado de don Fernando Soler y en “Una Mujer son Amor”, con Charito Granados, precisamente al cinta que se estrena próximamente y en la que Xavier, cree haber realizado su labor más acertada, hasta el momento, en el cine mexicano.
Con veintitrés años, una gran simpatía, mucho entusiasmo por el estudio y gran ilusión por el cine y el teatro, Xavier Loyá, es uno de los más jóvenes galanes incorporado al cine nacional, del que hay que esperar que siga superándose en su trabajo, para llegar a conquistar un puesto envidiable.



Xavier Loyá
Este joven y ambicioso galán, inició su carrera artística en el Instituto Nacional de Bellas Artes, bajo la dirección del maestro Enrique Ruelas. Participó en la temporada del Teatro Universal de dicho Instituto. Se presentó en un papel estelar en la obra sartreana “Muertos sin sepultura”, con los actores del Teatro Universitario, dirigidos por Ruelas. Obtuvo franco éxito con su interpretación en esta obra y fue llamado por Marta Elba para encargarle el galán de “La prostituta respetuosa”, en la Sala Moliere y después en el Caracol, de donde fue contratado por Oscar Danciger para lanzarlo como estrella de cine al lado de Libertad Lamarque en la película “Huellas del pasado”. Después le hemos visto en “La hija del engaño” y “Una mujer sin amor”. Es uno de los galanes más prometedores del cine y el teatro. Nacido en México, hijo de una distinguida familia de nuestra mejor sociedad. Xavier Loyá ha intervenido en la televisión y tomará parte en la obra de Shakespeare “Noche de Reyes”, dirigida por Pedro Galván N. sobre una versión de León Felipe.